viernes, 16 de mayo de 2014

ÉRASE UNA VEZ... un misterio por partes III


ACTO III: EL ACOMPAÑANTE TONTO


Cuando volví a casa, Néstor ya no estaba en la cocina. Nuestro piso no era muy grande, así que me extrañó mucho que tardase tanto en encontrarlo. Había llenado la bañera y se había metido dentro: ropa, canuto y calculadora incluídos.

- Néstor, estás bien tío?

- No se puede. . .

- El que?

- El viaje. . . - hablaba como un niño pequeño, mirando al frente y dando profundas caladas. Finalmente el tres papeles sucumbió, y mi compañero de piso tiró el resto del canuto dentro de la bañera donde se apagó con un siseo.

- Seguro que sumaste bien? Igual si que se puede hacer. . .

- Hice un millón de sumas, restas, multiplicaciones y divisiones; pero no hay manera.

- A ver. . . - me puse a pensar seriamente en el problema: lo crítico era el transporte y la gasolina, eso era fundamental, pero después estaban los gastos de comida y alojamiento, además de los imprevistos, peajes y posibles visitas al mecánico.

- De verdad lo estás pensando?

- De verdad -  le dije, aparentando estar más decidido de lo que en realidad estaba - que coño, puede que no volvamos nunca a Estados Unidos, no? Así que, porque no hacerlo ahora que podemos?

Néstor sonrió y se deslizó dentro del agua de la bañera. Tardaba tanto en salir que por un momento pensé que se había ahogado, pero de repente se levantó y salió de la bañera, chorreando agua por todos lados. Le tiré una toalla y nos fuimos a la cocina.

- Mira tío - me dijo, mojándolo todo y con la toalla sobre los hombros - hice las cuentas y con la pasta que tenemos no nos daría para llegar ni al medio oeste: gasofa, comida y alojamiento, pero el coche es el factor que nos jode todo el asunto.

- Siempre podríamos usar los autobuses de Greyhound, no? - Estados Unidos no tenía una buena red ferroviaria, por lo que los autobuses de la linea eran una alternativa barata para moverse largas distancias. 

- Sí hostia, pero si ir en bus fuese la ilusión de mi vida, pues para eso mejor coger el Alsa, no crees?

- Cierto. 

- Bueno, pues lo mires como lo mires, no hay dinero. Caso cerrado. Me voy a secar. 

Se levantó arrastrando la toalla tras de sí y desapareció por el pasillo.

- No limpiaste la cocina, mamón!!!

Néstor murmuró algo desde el baño, así que me dediqué a revisar las operaciones que hiciera aquella mañana. Se acercaba la hora de comer y mis tripas se resentían, pero aún así estudié profundamente las cuentas.

Pese a sus habituales desordenes de personalidad, Néstor, con canuto incluído, era bastante cuidadoso cuando se trataba de números y no había ni un solo error en todos aquellos folios, algo bastante desconcertante.

Pero entonces llegué a una conclusión. Me parecía algo tan sencillo que me sentía un poco mal por no haberme dado cuenta antes, así que volví a pensarlo y concluí que sí, que diera en el clavo.

- Nes!

- Ya la limpiaré mañanaaaaaaaaaaa, pesado. . .

- Eso no, idiota. . . escucha, pensaste en que si incluimos a una persona más, las cuentas si que darían?

Néstor dejó de hacer lo que fuese que estuviese haciendo y apareció caminando despacio por el pasillo con la mitad izquierda de la cara llena de espuma de afeitar.

- Estás seguro de lo que dices?

- Casi seguro.

Se acercó a la mesa de la cocina, me quitó los papeles de la mano y empezó a mirarlos.

- mmm. . . puede que tengas razón.

- Yo diría que todo encaja.

- Tu estás dispuesto a hacer esto? - me dijo levantando la mirada de los folios - O te vas ha echar atrás como siempre?

Sinceramente, no sabía donde me estaba metiendo, solo sabía que si se iba a organizar una viaje a través de los Estados Unidos, yo quería estar en ella.

- Estoy dispuesto.

- Cojonudo. Pues busca a algún tonto que quiera venir con nosotros, vale?





[continuará. . .]

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